El verdadero castillo de Disney y el pueblo de Fussen

Todos de niños lo hemos visto al comienzo de las películas de Disney pero lo que muchos no sabíamos era que aquel castillo mágico de cuento que aparecía está inspirado en uno real, al sudoeste del estado federado de Baviera, relativamente cerca de Múnich y que  lleva por nombre “Castillo de Neuschweinstein”. Lo construyó el rey Luis II durante la segunda mitad del siglo XIX para, según parece, retirarse de la vida pública. A la muerte de éste, que se produjo en circunstancias algo extrañas y sospechosas, el castillo se abrió al público apenas siete semanas después de su fallecimiento. Alrededor de 1,5 millones de personas lo visitan cada año. Realmente, interesante y una visita bien organizada.

Se entra por turnos y en grupos. No se puede hacer fotos en el interior pero sí seguir tranquila y detalladamente las explicaciones que se pueden ir escuchando mediante una audioguía en el idioma de cada uno. La visita es de una media hora y el tiempo de espera desde que se saca la entrada abajo de la montaña (y se sube después en una caminata de uns 20 minutos) no es excesivo, de algo más de una hora. Cerca se encuentra un puente con unas vistas espectaculares y, eso sí, con mucha gente pero vale la pena hacer cola y esperar turno. Y abajo, donde llega el tren, se encuentra el pueblo de Fussen: con cierto encanto y que bien merece dar una vuelta.


 

Stuttgart, entre las 10 ciudades más importantes de Alemania

Es capital del estado de Baden-Wütenberg, tiene cerca de 600.000 habitantes y es una de las ciudades más importantes de Alemania. Es conocida por su potente sector automovílistico -cuenta con los museos de Porsche y Mercedes– pero es que además tiene una Antena de TV que en su momento en los años 50 fue un destacado referente internacional, de más de 200 metros de alto y con miradores y zona de cafetería sobre los 150 metros. Las vistas, en un día soleado, son espectaculares. Experiencia más que recomendable y no particularmente cara.

El centro, al que se llega a través de la arteria comercial más importante, la Köningstrasse (‘Calle del Rey’), de un kilómetro de largo y atestada de las principales marcas mundiales, es la Plaza del Castillo (‘Schlossplatz’). En uno de sus costados, se encuentra el Castillo Nuevo, hoy sede del gobierno regional, construído entre los siglos XVIII y XIX y espacio ligado a las familias arististocrática primero y real e imperial más tarde (según el momento histórico) que gobernaron esta región germana. En el centro, una columna y estatua rinde homenaje a los 25 años de reinado de Guillermo I, instalada entre 1842 y 1846. En otra de sus partes destaca la Galería Estatal con obras de Picasso, Monet o Modiglianni, entre otros.

Tranvías, mercados (especialmente el ‘Markthalle‘), delicado, elegante y muy moderno, o un rincón de la ciudad dedicado a la memoria de la fotoperiodista y compañera de Robert Capa, Gerda Taro, son otros de sus muchos alicientes, además por supuesto de su deliciosa cerveza, a degustar en cualquier de sus ‘biergarten’.


 

Múnich, cinco lugares que no te puedes perder

Múnich es una ciudad francamente interesante. Capital bávara, tiene cerca de 1,5 millones de habitantes, cifra que la sitúa com la tercera de Alemania y la 12ª de la Unión Europea, según la información oficial de la ciudad. La cercanía del río Isar marca su geografía y también su historia, explicando en parte la existencia de esta población (próxima como muchas otras a fuentes de agua). Los inviernos son fríos  (por la proximidad de los Alpes no es extraña durante esos meses la presencia de nieve, con temperaturas entre los -4 y los +4 grados) y los veranos más o menos frescos (con el termómetro sobre los 20 grados aunque pudiendo llegar a los 30).  La ciudad tiene una renta alta, no en vano es la capital de uno de los estado federales más ricos del  país.  De nuestra visita – bajo un cielo mayormente encapotado- nos llevamos por lo menos cinco lugares imprescindibles,  distintos y por razones muy diversas.

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Visita al campo de concentración de Sachsenhausen, al norte de Berlín

El campo de Sansenchausen se sitúa al norte de Berlín, en el estado de Orianenburgo, y funcióno como tal entre 1936 y 1950. Fue uno de los primeros en abrirse y sirvió como modelo para otros que se construyeron más tarde. Inicialmente albergaba, sobre todo, a disidentes o presos políticos, homosexuales, gitanos… Pero más tarde, acogió principalmente a soldados rusos, aunque también los hubo de muchas otras nacionalidades. Murieron en él cerca de 30.000 personas, de las 200.000 que pasaron por sus instalaciones. Entre sus espacios contaba con una zona de exterminio. Hoy es un lugar delicado, que puede que no sea para todo el mundo pero que rinde homenaje y recuerdo a todos aquellos que allí fueron ejecutados. Después de caer en manos soviéticas todavía siguió funcionando unos años, para más tarde convertirse en un espacio para la memoria.

 

Berlín, corazón y motor de Europa

Berlín, capital de Alemania, es una de las ciudades más importantes y poderosas de Europa y del mundo, con un papel sustancial y protagonista en los últimos 150 años. Es, con permiso del resto de socios de la Unión Europea -y en especial de Francia-, el corazón y el motor económico del Viejo Continente. El Brexit y las tensiones ocasionadas por la última crisis -de la que todavía hoy, una década después de su comienzo, se trata de salir-, han aupado todavía más el papel de Alemanía y de Berlín como garantes de la continuidad de la UE.

La capital alemana, además, ha sido durante el siglo XX parte fundamental de la historia del siglo XX: con el papel -cuestionable- desarrollado durante las dos guerras mundiales,  o al ser dividida hasta finales de los años ochenta bajo el Telón de Acero entre la Unión Soviética y el bloque occidental. Por todo ello, visitar hoy Berlín es visitar una parte sustancial de la historia más o menos reciente. Además, la Puerta de Brandenburgo, la “Isla de los Museos”, Alexanderplaz, el Muro, la parte oriental, el Monumento a los Judíos muertos durante la Segunda Guerra Mundial… hacen casi una exigencia su visita. Hay mucho por ver mientras la ciudad se reinventa tratando de encontrar su sitio en este agitado y acelerado siglo XXI.