El campo de Sansenchausen se sitúa al norte de Berlín, en el estado de Orianenburgo, y funcióno como tal entre 1936 y 1950. Fue uno de los primeros en abrirse y sirvió como modelo para otros que se construyeron más tarde. Inicialmente albergaba, sobre todo, a disidentes o presos políticos, homosexuales, gitanos… Pero más tarde, acogió principalmente a soldados rusos, aunque también los hubo de muchas otras nacionalidades. Murieron en él cerca de 30.000 personas, de las 200.000 que pasaron por sus instalaciones. Entre sus espacios contaba con una zona de exterminio. Hoy es un lugar delicado, que puede que no sea para todo el mundo pero que rinde homenaje y recuerdo a todos aquellos que allí fueron ejecutados. Después de caer en manos soviéticas todavía siguió funcionando unos años, para más tarde convertirse en un espacio para la memoria.
