Fotografía, viajes y periodismo. Reportajes sobre destinos de Catalunya, España y el resto del mundo; también, proyectos fotoperiodísticos. Blog, libros, rincones de Barcelona… Por Ignasi Robleda.
Un viaje por las expresiones más variopintas de la genial fotógrafa Cristina García Rodero
Uno -una, en este caso- no se convierte en la primera fotógrafa española en entrar en la prestigiosa Agencia Magnum, como es el caso de Cristina García Rodero, una fotógrafa genial, con una mirada muy personal, cercana y tierna a las personas, por casualidad. Este verano, en la primera retrospectiva de carácter temático destinada a Rodero y desarrollada en Palafrugell (no confundir con Calella de Palafrugell), se ha podido disfrutar de la exposición “Con la boca abierta”. Selección de más de 60 fotos sobre un fondo que supera las 30.000 instantáneas y que repasa los 40 años de trayectoria de esta excepcional creadora visual.
La muestra empieza por la expresión de un niño en un nacimiento y termina con la vigilia de un velatorio en Georgia. Por el camino se suceden un sinfín de imágenes con expresiones que sintetizan, expresan, la multitud interminable de emociones, sentimientos, que transmitimos a través de la complejidad llena de matices que representa el rostro humano. Destacan algunas fotos -aunque eso es muy personal- de una niña con su familia y una oveja en primer término o expresiones más ambiguas, complejas, captadas durante certamenes o acontecimiento como las Gay Parade de Alemania, el Festival “Burning Man” de Nevada o concursos eróticos como el de Barcelona. Capítulo aparte merecen las imágenes de marcado carácter etnográfico captadas en el contexto rural español (y que forman parte importante del corpus de trabajo, muy celebrado, de García Rodero) o las expresiones religiosas, místicas y esotéricas capturadas en Haití en torno al mundo del vudú. En unas y otras -de hecho, en la gran mayoría-, que van desde los años 70 hasta la actualidad, queda de manifiesto la profundidad de su trabajo, que bucea y se sumerge en los temas tratados con un rigor y con una mirada muy personal. A veces, por momentos (cuando toca), amable y divertida. Gran exposición, que se hace corta y a la que solo le falta un ‘pero’ y es contar con más explicaciones repartidas por la muestra, para ahondar más en los contextos en los que se enmarcana cada una de las fotos. Una aproximación puede que más intelectual que artística o emocional pero que facilitaría la comprensión de las impresionantes escenas que se tienen delante. En cualquier caso, se trata de excepcionales imágenes de gran carga expresiva.