Fue una escapada este pasado mes de diciembre (2021) a la zona de Teruel” -la ciudad fue nuestra base de operaciones durante esos días y visita muy recomendable- desde donde visitamos lugares francamente interesantes como, por ejemplo y en primer lugar -por orden cronológico-: Albarracín. El pueblo tiene evidentes reminiscencias árabes, tanto en su nombre como en su fisonomía, ya que fueron éstos quienes dotaron a dicha población de un salto cualitativo y cuantitativo notable durante su estancia. Es pequeño, de calles complejas, tonos ocres, rojizos, propios de la tierra de la zona, y de dibujo escarpado y adaptado al terreno. Muy llamativa la línea defensiva, muralla, que escala hasta lo alto de la montaña y que se construyó para defenderse de posibles ataques. El pueblo creció, luego, hacia el valle en siglos posteriores. Está considerado entre los “más bonitos” y esto siempre da confianza auque, también, actúa como potente polo de atracción de visitantes (a tener presente).