Tres localidades de tamaños dispares -más parecidos entre las dos últimas, siendo Como de mayores dimensiones y una población estable de cerca de 85.000 visitantes- pero un aspecto muy en común: encontrarse en las proximidades de un lago. Como y Bellagio en el lago de Como y Sirmione, en el de Garda, el más grande de toda Italia. Las tres se localizan en la parte norte del país transalpino, no muy lejos de Milán, Suiza y Austria y tampoco de los Alpes, siendo los lagos, por lo tanto, de montaña y en algún caso de origen glaciar. De Como, algunos de sus ’embajadores’, involuntarios, George Cluny o Madonna, que se compraron una residencia en sus cercanías; de Sirmione, María Callas, que también se alojó en aquella localidad con su primer marido en los años cincuenta; y de Bellagio, los Rockefeller, con varias propiedades en aquel pueblo, de sinuosas calles empedradas y bonito paseo junto a las próximas aguas. Todas también conocidas por sus villas, por ser lugar muy visitado por familias pudientes de la región desde siglos atrás y por ser uno de los grandes polos europeos de producción de seda desde el siglo XVI. Motivos sobran para echarles un buen vistazo -en ferry es lo más habitual- aunque mejor hacerlo -de poderse- fuera de temporada alta -léase, evitar en verano-.
